Economía Post-Pitagórica

Moviéndonos desde la fría dura lógica a la lógica difusa no lineal

by
David Orrell

From Adbusters #85: Thought Control in Economics


Daniel Canogar – Enredos 3, 2008

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Pitágoras nació alrededor del 570 a.C. Pasó su juventud viajando a Egipto, Siria y Babilonia donde se empapó de las enseñanzas místicas del este. Alrededor de los 40, estableció su propio culto cuasi religioso en Crotona, en el sur de Italia. Sus enseñanzas atrajeron a cientos de seguidores, algunos de ellos sufrieron severas privaciones – incluyendo un voto de silencio de cinco años – para pertenecer a su círculo más cercano, conocidos como los mathematikoi.

La filosofía de este culto estaba basada en la razón y el número. Para los pitagóricos, el número era todo. Cada número tenía un significado especial, casi mágico. La mónada, la unidad, representaba la unidad original del universo creado, y estaba asociado con la divina inteligencia. La díada, el dos, representaba la división de esta unidad en la dualidad. (Los números pares, que contuviesen el número dos, eran vistos, por tanto, como la representación de la debilidad y la mutabilidad.) El tres representaba todas las cosas con un principio, un desarrollo y un final. El cuatro representaba la consecución – como las cuatro estaciones.

El número perfecto era la década, el diez. La suma de uno, dos, tres y cuatro representaba la totalidad de fuerzas que constituyen el universo. En referencia a la década, los pitagóricos hicieron una lista de diez principios opuestos, que dividía los fenómenos en dos clases:

bueno – malo

limitado – ilimitado

impar – par

derecha – izquierda

masculino – femenino

en descanso – en movimiento

recto – curvo

luz – oscuridad

cuadrado – oblongo

Al alinearse con las cualidades de la primera columna, los pitagóricas creían que podrían lograr la pureza y acercarse a los dioses.

Las razones por las que eligieron diez pares han desconcertado a los académicos desde Aristóteles, pero algo se puede intuir. En la filosofía de Pitágoras, por ejemplo, el universo estaba formado por dos componentes: lo limitado, que significaba orden, y lo ilimitado, que representaba caos y pluralidad. Lo primero estaba asociado con la mónada y los números impares, los segundos con la díada y los números pares. El biógrafo de Pitágoras, Jámblico, escribe: “A la mano derecha él la llamaba el principio del número impar, y es divina, pero la mano izquierda es el símbolo del número para y de lo que es disoluto.” La mano derecha está controlada por el lado derecho del cerebro, que nosotros asociamos al razonamiento lineal, lógico, el tipo de razonamiento perseguido por los pitagóricos. Esta preferencia por la mano derecha ha persistido a través del lenguaje – la palabra “siniestra” viene del Latín sinestra, izquierda.

¿Qué tiene que ver todo este misticismo antiguo con la dura fría lógica de la economía neoclásica – que ve a la humanidad como un mero agregado de actores racionales y egoístas? El modelo económico ha sido durante mucho tiempo Newtoniano, relacionado con la física mecánica, que está, finalmente, basado explícitamente en el pensamiento Pitagórico. Así pues, esta lista de pares son los filamentos complementarios del ADN de la economía. Considerando que la economía neoclásica:

  • está basada en la idea de escasez y enfatiza en los recursos limitados como el petróleo a expensas de los recursos ilimitados como el viento;
  • desecha la incertidumbre y la dualidad (simbolizadas por los pitagóricos como la paridad);
  • está basada en la primacía del individuo (uno) frente a la sociedad (pluralidad);
  • valora la lógica de la mano derecha, ignorando las emociones y el pensamiento de la mano izquierda;
  • está basado en el ejemplo masculino que infravalora cosas como los niños;
  • ve la economía como un sistema estático, en reposo por la acción de la invisible mano del capitalismo;
  • usa una aproximación simplista, lineal (recta) a un modelo complejo, no lineal (curvo) de fenómenos;
  • intenta hacer brillar la luz de la razón y la observación sobre la economía, desechando la indeterminación (oscuridad) de los sistemas humanos;
  • reduce un sistema complejo y a menudo fuertemente orientado a lo social y político a la simple simetría (cuadrado) de las matemáticas.

Los economistas neoclásicos son pitagóricos. Siguen pensando que el número lo es todo. Y siguen intentando encontrar el bien y alcanzar la Utopía al alinearse con la primera columna de esta antigua lista.

Desde los 60, un número de nuevas ciencias han emergido del desafío directo del paradigma pitagórico. Lógica difusa, fractales, teoría de redes y dinámicas no lineales que tratan con sistemas indeterminados, curvas, plurales y cambiantes. Feministas y ecologistas han señalado los defectos de sistema neoclásico. Al incorporar estas voces y desarrollos como economistas, nos acercaremos a una economía que no solo es post-autista, sino también post-pitagórica.

David Orrell es un matemático y un autor cuyo trabajo han aparecido en “New Scientist”, “The Financial Times”, “BBC Radio” y “CBC TV”. Es el autor de “Apollo’s Arrow: The Science of Prediction and the Future of Everything and The Other Side of the Coin: The Emerging Vision of Economics and Our Place in the World”.

Translated by the Translator Brigadestranslatorbrigades@gmail.com

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